Esta foto la saqué en un lugar que ya no existe, como todo lo que cambia en nuestras vidas. Para los que pasaban por enfrente cuando sonaba el silbato de entrada significará algo, para mí, fue la primera fábrica en ruinas que visité para retratar.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
esta la verdadera magia de la fotografía. poder apreciar cosas que ya solo quedan en la memoria de unos pocos.
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esta la verdadera magia de la fotografía. poder apreciar cosas que ya solo quedan en la memoria de unos pocos.
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